Cada parte de nuestro cuerpo cumple un importante rol, para lograr que todo el organismo funcione de manera correcta. Si un órgano no desarrolla correctamente su trabajo, todos los demás serán afectados, de una u otra manera; porque así funciona un organismo.
El ser humano, cuenta con una anatomía que es producto de un constante proceso evolutivo, la cual ha sido y seguirá siendo objeto de permanentes e innumerables estudios científicos, porque siempre habrá algo que descubrir, algo que aportar, algo con lo cual se pueda contribuir para evitar, corregir, curar y, así garantizar una mejor calidad de vida a las personas, ya que si éstas están sanas, pues la sociedad en general contará con mejores miembros.
La ciencia se ha encargado de estudiar al organismo, desde lo macro a lo micro, tanto en forma general, cada uno de sus sistemas, sus partes u órganos y hasta las células, para poder entender al detalle, cómo funciona.
Uno de estos importantes sistemas, es el óseo, el cual está compuesto por cartílagos y 206 huesos de variados tamaños, que forman un esqueleto, cuya función principal es mantener sostenido a todo el cuerpo, garantizar su movilidad coordinada y velar que los demás órganos internos se mantengan protegidos.
La clasificación de los huesos se basa en su forma y tamaño y, el esqueleto en su totalidad, se divide en tres partes: cabeza, tronco, extremidades. Acá, nos enfocaremos en el tronco, específicamente en la columna vertebral.
1. Qué función cumple la columna vertical
La columna vertebral, es una de las partes del ser humano que más se ha tenido que adaptar en todo el proceso evolutivo del hombre; ya que éste, pasó de caminar apoyándose sobre las piernas y los brazos, manteniendo la columna o espina dorsal de forma horizontal, paralela al suelo, a caminar erguido sobre sus dos piernas extendidas y con la columna de forma vertical, soportando el peso cada vez mayor de la cabeza y contribuyendo con el equilibrio al andar.
Esto ocasionó que la espina, tuviera que curvarse para poder amoldarse y sostener el peso, por lo cual, no es tan simple todos los ajustes que debió realizar esta y otras partes del organismo para poder lograrlo.
Para algunos, a partir de este suceso, el esqueleto comenzó a sufrir dolencias en esta zona del tronco, o lo que conocemos comúnmente como espalda, quizá, porque a lo mejor no estaba preparada o no tenía la constitución anatómica y fuerza necesaria, para experimentar este cambio y soportar todo el peso.
Aquí tenemos entonces la primera gran función biomecánica, mantener el cuerpo erguido, sosteniendo todo el tronco y sus extremidades superiores, así como también la cabeza, para que podamos caminar apoyándonos en nuestros pies y piernas (bipedestación)
A la par de esta función, está la de permitir y facilitar el movimiento de todo el cuerpo, ya que, al contribuir con la estabilidad de su centro de gravedad, el resto del esqueleto puede moverse de forma coordinada. Es decir, aun estando acostados o en estado de reposo, la columna permite que las demás partes del cuerpo puedan tener movilidad.
Por otro lado, para referirnos a la tercera, pero no menos importante gran función, la columna como parte del sistema óseo, se acopla con el sistema nervioso central, proporcionando la seguridad y protección que necesita la médula espinal y el bulbo raquídeo. Si uno de estas dos partes llegara a ser afectada por algún elemento externo, por estar desprotegida, los impulsos nerviosos que transmite el cerebro al resto del cuerpo para estimular la movilidad, no viajarían para cumplir su función.
De manera que, para que estas funciones se puedan ejecutar eficazmente, toda la espalda debe tener una estructura lo suficientemente sólida, formada por una musculatura bien potente y por huesos bastante fuertes y resistentes. Además, que la composición y alineación de las vértebras puedan ser tan flexibles, para que el movimiento esté garantizado.
Si los músculos de la espalda están bien formados, ayudarán a sostener el peso del resto del cuerpo; si los huesos son resistentes y fuertes, la protección a la médula y la estabilidad corporal será mucho mayor. Flexibilidad, resistencia, fuerza y potencia, son elementos claves para que la columna vertebral cumpla sus funciones de manera eficaz.
2. Partes de la columna vertebral
La columna o espina dorsal, no se trata de un solo hueso que funciona de manera monolítica, se trata de 33 vértebras que se encuentran alineadas y dispuestas una sobre las otras, apoyándose en ligamentos y músculos resistentes que le facilitan sus funciones.
Al observar detalladamente la forma de la columna, desde un ángulo frontal se ve que las vértebras tienen una alineación vertical tan perfecta, que lo lleva a uno a pensar, cómo puede ser posible que se mantengan unidas, si cuando la miras desde un ángulo lateral, puedes notar las curvaturas, que en otro caso, podrías pensar que se podrían despegar. .
Como ya dijimos. el proceso de evolución no fue fácil y, esta forma vertical curvada logra crear la flexibilidad y resistencia adecuada para soportar o amortiguar el peso y las vértebras no se vean tan comprometidas.
Pongamos el ejemplo de cuando un padre, monta a su hijo sobre sus hombros. La columna del padre se adapta al peso del niño, la flexibilidad de las vértebras se van curvando aún más y ajustándose, de modo que se cree un mecanismo de amortiguación, además de distribuir el peso en varias zonas; para soportar este peso también es importante el trabajo de los músculos y los ligamentos. Es importante decir que este tipo de esfuerzos deben ser evitados, porque a pesar de que la columna reacciona favorablemente, no es recomendable.
En términos generales, la composición de la columna consta de 33 vértebras o huesos, que se diferencian según sea su posición, las cuales se unen mediante los músculos y ligamentos, separadas por discos cartilaginosos que son los que amortiguan el impacto en cada una, cada vez que el cuerpo realiza un movimiento; y, un hueso llamado, el sacro, que tiene forma triangular y está ubicado en el extremo inferior.
De manera que, son cinco regiones que se han identificado en la columna vertebral, cada una con sus propias características y con sus diferentes tipos de vértebras.
- Región cervical, está compuesta por 7 vértebras, que se reconocen en el argot médico como C1 a C7 y, ocho diminutos nervios espinales, que son las que permiten que el cuello se mueva con facilidad de un lado a otro.
El movimiento que se realiza hacia el frente y hacia atrás o, arriba y abajo, se logra gracias a una articulación llamada atlanto-occipital; el movimiento hacia los lados, (derecha – izquierda) y giratorios, se pueden realizar por la unión atlantoaxidoidea. Las dos primeras vértebras, son diferentes a las otras cinco que conforman esta zona. La primera se llama atlas y gira alrededor de la segunda, llamada axis o eje de apoyo
Esta región consta de dos partes, la superior y la baja, pero básicamente, ambas se complementan entre sí, para darle la movilidad que necesita la cabeza, sostener su peso y proteger la parte del sistema nervioso comprendida por la médula espinal y el bulbo raquídeo.
Muchos dolores de cabeza o cefaleas, son causadas porque los nervios que se encuentran en esta zona, son comprimidos por vértebras que se encuentran desplazadas y que no están funcionando correctamente.
- Región dorsal o torácica, la más larga, conformada por 12 vértebras (T1 – T12) de tamaño superior y mas gruesas a las C1 – C7. Su principal característica es que es más rígida y menos móviles que las demás, por lo tanto no es tan flexible. Por estar ubicada en la zona central, está articulada con las costillas y juntas, forman la caja toráxica. Es el segundo anillo protector de órganos internos como el corazón y los pulmones (el primero es la piel)
- Región Lumbar, compuesta por 5 vértebras (L1 – L5), que son aún más gruesas que las T1 – T12, dado que esta es la zona donde recae la mayor parte del peso corporal y de las otras vértebras superiores. La movilidad de las vértebras de esta región nos permite la flexión y extensión del torso, es decir, bajarlo y subirlo, además de permitirle pequeños movimientos de rotación hacia la derecha e izquierda.
A esta zona muchos le dicen “la bisagra”, ya que funciona como un mecanismo similar, específicamente en la vértebra L3, que, según los estudios de la biomecánica, tiene una particular importancia porque es el centro de gravedad del cuerpo y el centro de la curvatura lumbar.
Al moverse esta zona, también se moviliza toda el area abdominal.
- Región sacra. El sacro es un hueso que está constituido por 5 vértebras (S1 – S5), tiene forma triangular es el soporte de la pelvis y, tiene cuatro ángulos visibles, un vértice y la base.
Su función principal es, además de también soportar el peso, transmitirlo a la zona pélvica. Esto es así, porque, en él se encuentran ubicados varios músculos de gran extensión, de mucha resistencia y fuerza, como el ilíaco, el piramidal, el Isquiococcígeo.
A medida que el organismo va envejeciendo, estas vértebras se van fusionando.
- Coxis. Generalmente está compuesto por cuatro vértebras de pequeño tamaño, que juntas tienen forma de triángulo simétrico (en algunas personas puede que solo haya tres y, en otras, cinco), que no se encuentran separadas por discos.
Si esta quinta y última región de nuestra columna vertebral tuviera más vértebras, quizás, tendríamos cola, así como otros mamíferos. Pero, en realidad su función es anatómica, dado que por su ubicación, sirve de apoyo de algunos músculos y ligamentos que vienen del hueso sacro. No soporta el peso del cuerpo, cuando éste se encuentra de pie, pero si puede flexionarse ligeramente y soportar algo de peso cuando se está sentado.
3. Recomendaciones para cuidar la columna vertebral
A pesar de lo fuerte y resistente que puede ser, por las características que tiene y su frecuente uso, la columna vertebral es muy delicada y, por lo general muy vulnerable a factores internos, como enfermedades degenerativas de los huesos o, factores externos como golpes y exceso de peso por carga.
Para eso te damos las siguientes recomendaciones:
- Realiza ejercicios o actividad física frecuentemente para que fortalezcas la columna, la musculatura y articulaciones
- Aliméntate sanamente con productos que contengan vitaminas D y calcio, que contribuyan con la regeneración de los huesos. Evita el consumo de azúcares
- Evita subir de peso, no solo afecta a tu columna, si no también al resto del organismo.
- No fumes. Las toxinas del cigarro son sumamente perjudiciales para los huesos y todo el cuerpo
- Mantén una buena postura, evita las jorobas y cargar mucho peso.
- No te estreses. Se ha demostrado que se refleja con dolencias en la columna.