Los diferentes tipos de suelos que se encuentren sobre la superficie terrestre son el resultado de diferentes recursos naturales que se ven afectados por el curso de viento y agua.
El suelo se compone básicamente de compuestos principales, empezando en materia orgánica, minerales y organismos y que dependen de él. Los diferentes tipos de sueños y sus componentes son materia de estudio; ya que de ello dependen las diferentes actividades agrícolas, así como actividades mineras principalmente. La calidad de las es primordial para la supervivencia de los seres vivos
Qué son los horizontes del suelo
El suelo es el resultado de los cambios climáticos ocurridos por eventos como el viento, agua, temperatura y otros agentes externos que ejercen presión de forma de la tierra. Se trata de un intervención progresiva sobre rutas; dando como resultado granos más finos que se distribuyen sobre la superficie del planeta. Los extintos tipos de plantas también generan efectos, ya que las capas vegetales se ponen una encima. Esta interacción es lo que se conoce como horizontes del suelo.
Los distintos tipos de horizontes del suelo han sido identificados descendiendo sus características físicas. Estos se diferencias por su estructura, textura, colores, composición biológica y química. Cada uno es el resultado de un proceso diferente. Los procesos geológicos llegan miles de años para llevarse a cabo. Un rasgo de los suelos es que se ajustan por su ubicación, siendo que también varía de acuerdo a eventos climáticos.
Horizontes del suelo y sus características
El primer tipo de suelo aparece la clasificación A. Esta hace referencia a un suelo que no tiene una cantidad mayoritaria de minerales. Generalmente, se encuentra debajo de los organismos vegetales. Tiene partículas pequeñas en comparación con otros más profundos. En esta capa es donde las semillas de los árboles y cultivos germinan, además es donde las raíces crecen. Este es el ambiente donde lombrices de tierra y bacterias tienen su lugar ideal para subsistir.
El suelo que es rico en arcilla y minerales así como de fierro y aluminio que es el suelo tipo B. Este suelo se caracteriza por poseer un color marrón con tintes de un color rojo quemado, estos colore son causados por el óxido de hierro principalmente. Tiene una gran cantidad de minerales en comparación con la capa superior. Por otra parte no posee rastros de materia orgánica. Las plantas, en algunos casos, pueden alcanzar con sus raíces esta capa. Sin embargo, su nivel de humus es muy bajo. Posee concentración aluvial, sola o en combinación, de: arcilla de silicato, hierro, aluminio, humus, carbonatos, yeso o sílice.
El suelo que posee más cantidades de rocas es el suelo tipo C. Se trata de la capa que menos se ve afectada por la intemperie por su profundidad y es prácticamente inaccesible. Las rocas que se encuentran en esta capa tienen muchos años. No hay materia orgánica con la cual las plantas pueden alimentarse y por ello las raíces no llegan hasta ella.
Los suelos tipo C se ven poco afectados por los procesos pedogenéticos y, dependiendo de su ubicación, pueden contener propiedades minerales en diferentes concentraciones. Puede poseer capas silíceas o calcáreas como conchas y corales. Algunos tipos de plantas pueden encontrar en este suelo un importante medio de crecimiento.
El suelo tipo E que se encuentra entre las capas A y B, es fácil de identificar gracias a su color claro y ello se debe a su alta concentración arcilla y de limo. No posee grandes concentraciones de minerales y arcillas. Esto se debe al proceso de lixiviación. El suelo se compone de partículas más grandes en comparación con los de la capa superior, que son más pequeñas del suelo tipo A; pero son más pequeños que del suelo tipo B. El suelo tipo E, en su composición, no se encuentra silicato, aluminio o hierro y su textura es gruesa
Dentro de la clasificación la capa tipo H es aquella que posee una mayor cantidad de material orgánico no descompuesto o parcialmente descompuesto; y puede estar bajo el agua. Estos sueldos tienen contacto con el líquido durante períodos prolongados, pues pueden ser sometidos a procesos de drenado de forma natural o artificial. Estos suelos son ricos en minerales y pueden encontrarse en cualquier región.
Cuando se habla de un tipo de suelo identificado con la letra O, se refiere a un suelo rico en humus, lo cual quiere decir que tiene materia orgánica de origen vegetal y animal. Sucede que es el producto de varias etapas de descomposición por lo cual a la vista se aprecia como un suelo de color obscuro. Para consuelo ciscar clasificado de esta manera tiene que tener un mínimo de 20 por ciento de materia orgánica.
El suelo tipo O suele estar conformado por hojarascas descompuestas, así como por musgo y por ramas de hojas. Este tipo de suelo no suele estar sometido al contacto del agua por períodos prolongados. Este tipo de suelo suele estar formada por una gran acumulación de materia orgánica humificada y mezclada con minerales. En algunos casos, puede tener características similares a los suelos tipo E y B. Suele ser el resultado de actividades como el cultivo y el pastoreo.
El suelo tipo R es el más profundo. Además de poseer una gran cantidad de rocas este componente y masa uniforme de roca que difícil de cavar. Dependiendo de la geografía, en algunas reacciones es posible observar esta capa de suelo ya que el lecho de roca se encuentra a unos pocos centímetros de la superficie sin embargo la mayoría de los casos se encuentra a varios metros por debajo.
Tipos de horizontes del suelo
Existen seis tipos diferentes de suelo. El primero es el tipo arenoso, el cual se caracteriza por drenar más fácilmente dado a que se compone de partículas más grandes al tacto y tienen una sensación áspera. No posee la capacidad de retención de agua y se calienta más fácilmente durante las temporadas de primavera. Estos suelos tienen el defecto de tener baja cantidad de nutrientes y su formación se debe a la desintegración de roca madre como piedra de pizarra, piedra caliza o granito.
Los suelos sedosos son más finos, tienen una textura más suave y tienen la capacidad de retener mayor cantidad de agua, por lo tanto también retienen nutrientes y son ideales para usarse en cultivos. Su formación se debe a los sedimentos de polvo y materia orgánica que son transportados por medio del agua.
Los suelos de arcilla tienen pocos espacios de aire, de textura mojada y pegajosa y prácticamente se moldean de cualquier forma. Estos suelos cuando se secan son duros como roca y no drenan con ningún líquido. Estos suelos se forman gracias a un equilibrio entre roca y agua aire y vapor. Por ejemplo, se pueden apreciar en los fondos marinos o lacustres donde los suelos son característicamente arcillosos.
Los suelos de arcilla, limo y arena tienen la capacidad de retener agua. Tienen altas cantidades de calcio y es ideal para la mayoría de los cultivos, por ello que los granjeros suelen preferir este tipo de suelo ya que está compuesto por nutrientes provenientes de material orgánico descompuesto.
La turba es un suelo ácido que no soporta bien la descomposición y es rico en material orgánico; pero tiene menos cantidad de nutrientes. Los suelos calcáreos son alcalinos con un ph de 7.5, se componen de roca caliza o de tiza. Tienen fácil drenaje, pero no poseen manganeso y hierro.
Este tipo de suelo puede componerse de basalto, granito, cuarcita, y de piedra caliza. Se caracteriza por su dureza y es por ello que cuando tiene contacto con el agua, independientemente del tiempo del contacto, no se ve afectado manteniendo su dureza. En excavaciones no se suele emplear mano de obra empleando herramientas manuales como palas, pues se utilizan equipos de mucha potencia para perforar este tipo de suelo.
Estructura del suelo horizontes
Si se hace un corte transversal de forma vertical y hasta lo más profundo, se notará que hay varias capas donde se observan diferentes tipos de texturas y colores. Cada capa del suelo revela la historia de la tierra, contando sus orígenes hasta los cambios a los que ha sido sometida en épocas recientes.
El suelo es una estructura formada por diferentes capas que se superponen entre sí las cuales albergan diferentes componentes. Estas divisiones representan evidencias de los cambios por los que ha pasado la tierra y se pueden observar en sus características químicas.
En algunos lugares― donde el clima es mucho más cálido y árido―, las superficies del suelo se ven menos perturbadas por los cambios terrestres y es más fácil observar la estructura de la que se compone el suelo. Se observan con mayor claridad los diferentes tipos de suelos según sus características morfológicas y químicas. Aunque la fracción mineral puede estar inalterada, o solo ligeramente alterada por la intemperie y la presencia material orgánico, es una característica propia de cada región. Por ejemplo, esto es evidente en regiones de tipo desérticas.