El fin del Antiguo Régimen y la instauración de un régimen más liberal llega a España con la Guerra de la Independencia. Pero no será un proceso fácil ni tampoco rápido. Vamos a conocer de cerca La Guerra de Independencia y los comienzos de la revolución liberal. La Constitución de 1812, con un contenido más orientado a los alumnos.
En este post estudiaremos el periodo que va desde el año 1788, con el reinado de Carlos IV y hasta 1866 bajo el reinado de Isabel II. Empezamos.
Reinado de Carlos IV, años 1788 a 1808
Hay que empezar diciendo que Carlos IV no destaca precisamente por ser un rey con talento, de modo que difícilmente podría haber hecho frente a los conflictos que le surgen. Tampoco le acompañó la fortuna al monarca, pues nada más llegar al trono estalla la Revolución Francesa.
Tras la muerte, bajo la guillotina, del rey francés Luis XVI, en el año 1793, España declara la guerra a Francia, pero pronto supo que esto solo podría empeorar la situación y en 1795 decidió firmar la paz de Basilea. Sin embargo, a través de este acuerdo de paz y del Tratado de San Ildefonso, España queda sometida a los intereses de Francia lo que la llevó a sufrir varias derrotas navales y a perder las posesiones en América.
Más datos sobre historia de España:
Otro tratado histórico que hay que mencionar es el Tratado de Fontainebleau. En este se acuerda que las tropas francesas pueden pasar a través de España para invadir Portugal.
Y tampoco podemos dejar atrás el Motín de Aranjuez, porque en marzo de 1808 el pueblo se pone en pie, negándose a la propuesta de Godoy de trasladar la Corte a Sevilla. Ante la presión, Carlos IV abdica en beneficio de su hijo Fernando VII. Sin embargo, ese mismo año, Napoléon consigue que los dos monarcas cedan el trono a su hermano, el francés José I Bonaparte.
Guerra de la Independencia
Esta guerra, desde el punto de vista histórico marca el nacimiento de lo que se conoce como Edad contemporánea en España. Hay dos grupos ideológicos protagonistas, por un lado los afrancesados que apoyan a José Bonaparte. Aquí se agrupan la nobleza y el alto clero. Los motivos que les lleva a dar su apoyo al francés es porque ven mayores esperanzas de modernización del país. Así se firman los Estatutos de Bayona o lo que da paso a una constitución liberal, en 1808.
Por otro, se encuentran los patriotas, distinguiendo entre liberales, como la burguesía, los profesionales liberales y parte del clero; y los tradicionalistas, donde están la nobleza, las masas populares y la mayor parte del clero, los cuales siguen defendiendo el absolutismo.
Los patriotas juran lealtad a Fernando VII y ofrecen resistencia, para lo cual, con Floridablanca al mando, se constituye una Junta Suprema Central y juntas locales y provinciales que tratan de organizarse para mantener el orden al tiempo que declaran la guerra a Francia. Buscan el apoyo de Gran Bretaña.
El ejército español es muy inferior al francés, y por esto deciden organizarse adoptando la táctica de guerrillas. La debilidad lleva a que las intenciones fracasen en un principio, aunque con algunas victorias españolas como es el caso de Bailén, y con paciencia, se logrará que en 1813 se firme del Tratado de Valençay, donde Napoléon al fin reconoce a Fernando VII como legítimo rey de España.
Todo este movimiento se salda, eso sí, con la pérdida de las colonias americanas que han aprovechado el vacío de poder para declarar su independencia.
La Constitución de 1812
La Junta Suprema Central decide convocar Cortes cuando están luchando frente a la invasión francesa. Por primera vez, se formará una sola cámara compuesta por todos los estamentos, donde convivirán tanto clérigos como miembros del tercer estado. En Cortes participarán personas de todas las ideologías, desde liberales que rechazan el poder absoluto, piden la división de poderes y la soberanía nacional, además de libertades individuales, hasta los serviles más absolutistas e incluso americanos que pedían la independencia de las colonias.
Conoce sobre la Edad Media:
El 19 de marzo de 1812 se proclama la Constitución de Cádiz. Fue popularmente conocida como La Pepa, debido a que fue promulgada el día de San José, y llamarla así era un modo de disimular ante el enemigo.
Es una constitución que nace del consenso de unos y otros. Y por lo tanto, supone un hito en la historia. Todavía habría algunas restricciones, como por ejemplo, que solo podían votar los varones (nunca las mujeres), y que había que tener un mínimo de renta para ser diputado. Se mantienen elementos más tradicionales como la monarquía y la religión católica, pero se consiguen también derechos y libertades hasta entonces inauditos.
Liberalismo Versus Absolutismo, años 1814 a 1833
Todos los adelantos que se han producido van a quedar en nada cuando en 1814 el monarca regresa a Madrid. Con su llegada también vuelve el absolutismo que consigue gracias al apoyo de las élites que aún le acompañan, como se pone de manifiesto con la Santa Alianza y la Restauración. No solo recupera el poder, sino que además arremete contra los liberales, llevando a muchos incluso a la muerte y al exilio.
Pero el rey también irá perdiendo apoyos, empezando por el pueblo que empezará a verle como un enemigo a combatir, y motivado por las crisis económicas y financieras.
Finalmente, tras el Pronunciamiento de Riego en 1820, el rey jura la constitución de 1812. Se inicia así el Trienio Liberal, donde se llevan a cabo reformas liberales de peso. Entre estas destacan la desamortización de la iglesia y la supresión del temido tribunal de la Inquisición.
Pero no todo va a ser positivo, pues continúan las oposiciones de los absolutistas y los liberales, a su vez, comienzan a dividirse, por un lado quedan los liberales moderados y por otro los radicales. En este contexto, en 1823, interviene la Santa Alianza y con su ayuda se restablece el absolutismo.
El absolutismo vuelve ejerciendo una represión antiliberal muy fuerte que, a su vez, también se responde con conspiraciones liberales.
Se produce una pequeña recuperación económica, pero esto no salva al rey del descontento de los estamentos privilegiados. Este periodo, conocido como la Década Ominosa, y que se extiende entre los años 1823 y 1833.
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