Síndrome del nido vacío. Qué es y sus síntomas

El síndrome del nido vacío hace referencia a un estado mental en el cual la persona que lo padece se siente triste, sola y desprotegida por parte de un familiar cercano con el cual ha convivido por mucho tiempo. Usualmente, se utiliza este término para los padres que han empezado a resentir la ausencia de sus hijos los cuales ya han decidido comenzar una vida propia.

Suele ser común empezar a padecer episodios de soledad y tristeza, en conjunto con la pareja después de que un hijo tiene poco tiempo de haber abandonado el hogar familiar. Tanto hombres como mujeres padecen los síntomas de este estado emocional. Sin embargo, estadísticamente son las mujeres quienes lo padecen más ya que emocionalmente se sienten más vulnerables a la ausencia de sus hijos.

Además; este escenario puede combinarse con otras condiciones, como puede ser la menopausia o los cambios que ocurren en la salud cuando se llega a la vejez en el caso de las parejas de ancianos.

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Síndrome del nido vacío síntomas

El síndrome del nido vacío no se considera como una enfermedad; y por ello no requiere de un diagnóstico clínico. Los psicólogos hablan de un estado emocional que es el resultado de un periodo de transición, cuando ocurre la partida de un hijo o también de un familiar cercano. Comienza al poco tiempo de la partida de la persona a la que se extraña, manifestándose con sentimientos profundos de soledad e inclusive de pérdida. Es común en las situaciones familiares donde un hijo decide comenzar a asistir a la universidad o porque va a comenzar una familia propia.

En la mayoría de los casos los síntomas que se presentan como la tristeza y falta de motivación suelen ser pasajeros; no extendiéndose por un prolongad periodo de tiempo. Sin embargo, dado que la experimentación de la tristeza y de la soledad es algo muy personal los casos de este tipo presentan característica tanto en común como particulares. Por ejemplo, es posible que la persona experimente falta de apetito o de sueño; sin que esto sea un síntoma que también lo tenga otra persona que esté pasando por lo mismo.

La característica que suele repetirse en estos casos es la manifestación de tristeza y de extrañar a la persona que se ha ido del hogar. Con ello, la persona afectada comienza a sentirse abandona y angustiada; ya que el estado mental de la persona le indica que ahora está sola generándolo angustia. Es posible que trate de buscar la compañía de un familiar o amigo cercano aunque seguirá exteriorizando sus sentimientos.

Los síntomas más graves pueden ser extensos períodos llorando excesivamente, e inclusive dejando de realizar actividades que estás solían ser parte del ritmo de vida normal. Por ejemplo, se puede dejar de acudir al sitio de trabajo; o también dejar de tener interés o practicar un pasatiempo. En estos casos; se puede buscar la ayuda de un psicólogo o médico para que le indique algún tipo de terapia que ayuda a controlar estos síntomas.

El ser humano es un ser que ha sobrevivido a lo largo de la historia conviviendo en entornos sociales donde el núcleo familiar es el más importante. Por ello; ante la partida de uno de los integrantes en el hogar, es normal que se empiece a resentir la ausencia manifestándose en forma de tristeza y sentimiento de abandono. Diversas investigaciones han demostrado que en padres y madres comienzan a ocurrir cambios mentales y físicos importantes cuando sus hijos dejan de convivir con ellos.

Se ha llegado a la conclusión de que este estado mental es menos propenso de ocurrir cuando los padres mantienen una buena relación con sus hijos manifestándose en una comunicación franca y constante. En caso contrario, donde existe algún tipo de conflicto o cierto desapego; puede generar que exista menos apoyo mutuo. Ambas partes depende de unos y otros, ya que tanto los desafíos de la vejez; como también los de la edad adulta o joven se pueden enfrentar de manera más segura con el apoyo del entorno familiar.

La mejor ayuda que se puede tener de un médico psiquiatra es la realización de la psicoterapia que brinda muchos beneficios a quien padece el síndrome del nido vacío. De esta manera; se pueden obtener herramientas que ayudan a manejar y comprender los sentimientos que han desencadenado los síntomas. En algunos casos; se puede utilizar medicación pero eso lo determinará el médico. Suele recomendarse cuando la persona tiene problemas de sueño, concentración, fatiga o cualquier otro síntoma que le impida llevar una vida más normal.

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Síndrome del nido vacío en mujeres

En los padres que ya entraron en la etapa de la vejez, se suele presentar sentimientos de pérdida de la identidad; así como considerar que no tienen un propósito en la vida. Sobre todo, puede ser especialmente más grave para las mujeres; ya que psicológicamente se conectan de manera más profunda con sus hijos.

Si la mujer que está pasando por este proceso de transición; también coincide con su menopausia, los síntomas se pueden ver exacerbados debido a los cambios hormonales así como también a los cambios físicos. En las mujeres; se puede manifestar el comienzo de periodos extensos de dolores de cabeza, así como también el aumento o disminución en la energía vital diaria. Es posible que deje de realizar ejercicio o de comer de forma saludable.

En el caso de las mujeres se hace necesario que, para su recuperación, su entorno familiar y de amistades participe en su recuperación; dado a que esta transición es más difícil pasarlo solo. Los períodos de soledad y de estrés pueden ser atenuados con la compañía de personas de confianza que le den su tiempo y atención. Igualmente; la comunicación de los hijos aunque se encuentren lejos es vital para lograr disminuir los sentimientos de abandono. Realizar una llamada telefónica, o realizar visitas esporádicas, sobretodo en fechas importantes o celebraciones; ayudaran a que los síntomas disminuyan.

Durante esta transición; los roles de padres e hijos se intercambian en algunos casos. Por ello; genera tanto descontrol emocional sobre todo en los padres, ya que se ven a sí mismos como las figuras responsables y que están a cargo de todas las decisiones. Es importante que los hijos también ayuden a sus padres a que puedan adaptarse a este nuevo escenario familiar; indicándoles que ahora su función es la de ser un compañero; y que ambas partes ahora podrás mantener una mayor rango de privacidad e independencia.

Más que los padres, las madres experimentan con mayor frecuencia dificultades para permitir que sus hijos tengan autonomía; ya que les es difícil dejarlos ir. Además, sus síntomas pueden empezar a repercutir en la vida de pareja junto al progenitor del hijo que se ha ido. Es posible que ambos resientan la soledad y la angustia ya que se influencia mutuamente.

Síndrome del nido vacío en hombres

En el caso de los hombres, los síntomas del nido vacío puede que sean más difíciles de observar dado a la naturaleza normal del género de no manifestar de manera voluntaria su estado emocional. Los padres que han ocupado todo su tiempo y energía en ocuparse en sus hijos suelen decidir trasladar ese esfuerzo en intereses personales; a los que antes no había podido prestar atención. Es posible observar un patrón común donde se comienza a demostrar interés en actividades recreativas o pasatiempos con amigos o familiares.

Los hombres viven este periodo de transición de una manera más privada; pero también se podría decir que más intensa. Es posible empezar a manifestar síntomas relacionados a la creación de adicciones que antes no poseía como comenzar a fumar, comer en exceso, aumentar el consumo de alcohol así como también dejar de realizar actividades cotidianas como realizar ejercicio. Por ello, se sugiere que los hijos no dejen de estar comunicados con sus padres ya que ambas partes sentirán cambios en su estado anímico que será menos intenso con el apoyo mutuo.

Algunos psicólogos sugieren empezar a prepararse para esta transición antes de que ocurra. Lo primero sería hablar del tema reuniendo a ambas partes cuando todavía están conviviendo en el mismo hogar familiar. Paulatinamente; se dejará de realizar actividades en conjunto como una forma de aminorar el impacto de la ausencia una vez que ocurra la partida. Será momento decisivo para empezar a desarrollar nuevos intereses; o realizar planes que ayuden a continuar con asuntos que han quedado pendientes. Esto ayudará a enfocar la concentración, tiempo y esfuerzo en evitar empezar a sentir soledad y tristeza.

También se recomienda que ambas partes una vez se hayan separado conserven por igual objetos como fotos, piezas ornamentales, libros o cualquier pieza que esté relacionada con recuerdos especiales. Este consejo es especialmente útil para evitar los sentimientos de abandono que son tan comunes en este síndrome, cuando se sabe que la persona a la que se extraña comparte contigo un recuerdo que les traslada a un momento especial que compartieron juntos ayudará a mantener un estado mental más calmado.

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