Escuchar música es una actividad que muchas personas a nivel mundial gustan de practicar, debido a que proporciona diversos beneficios a quien le escucha. No solamente los músicos profesionales, sino también todas las personas que les gusta la música coinciden en que es divertido y relajante.
Son muchos los beneficios para la salud que se reportan al escuchar música. Para empezar, provoca la liberación de dopamina esencial para mejorar su estado de ánimo. Por otra parte, se reporta que diversos estudios han relacionado la concentración, mejora de la memoria y fomentar la creatividad durante cualquier actividad mientras se escucha la música que se prefiera.
La música está compuesta por diversos componentes y entre ellos se incluye las melodías. Si bien un artista de música pueda no incluir letras, tendrá melodías que atraerán la atención. Dependiendo de la elección que se realice, el uso de música puede hacer más productivo en el trabajo que se esté realizando; ya que trabajar en silencio puede ocasionar que la persona se sienta ansiosa, apartada y por lo tanto no estará lo suficientemente cómoda como para laborar.
La música se sabe que mejora el estado de ánimo y por lo tanto promueve que haya mayor eficiencia para poder completar tareas, pero puede dificultar la comprensión de una lectura; o la función de la memoria. Por ello, el uso de este recurso aporta mayores beneficios cuando se utiliza durante tareas que se caracterizan por ser rutinas diarias o repetitivas; en lugar de aquellas que implican exigencias creativas y concentración.
El campo laboral no ha cambiado mucho en los últimos 50 años. A pesar de los muchos acontecimientos e innovaciones que se han incluido en las oficinas― y otros entornos laborales ―de todo el mundo; se sigue buscando como mejorar el ambiente promoviendo un mejor estado de ánimo y concentración por parte de los trabajadores.
Las oficinas abiertas, aunque son excelentes para facilitar la colaboración, también facilitan el ruido y por ello la música podría ser una distracción. Antes de utilizar este recurso, es importante analizar a fondo si conviene o no al ambiente laboral al que se desea aplicar.
Posiblemente; en aquellas oficinas en donde siempre se trata determinar proyectos dentro de un plafón ajustado, no será mejor opción utilizar música a un volumen muy alto. En caso contrario, en aquellas oficinas en donde el trato entre compañeros de equipo es constante es posible que la música ayude a crear el ambiente ideal donde afloren las ideas y la productividad aumente. Por otra parte; siempre hay una persona que mientras trabaja en su ordenador, también tendrá puesto unos auriculares.
No se puede evitar la creación de sonidos ambientales comunes como el de las conversaciones, teléfonos que suenan, el sonido del teclado del ordenador, los pasos de las personas por los corredores, tazas de café que suenan cuando chocan con una superficie y otros sonidos considerados molestos. La música ayuda a mitigar estos sonidos distractores creando un ambiente más amigable.
Beneficios de la música en la educación
Los estudios científicos que se han realizado tratando de encontrar cuáles son los efectos que tiene la música sobre la salud son diversos. Para empezar, se ha confirmado que varias zonas del cerebro se activan al mismo tiempo, siendo la corteza auditiva en donde se registra en sonido es una de ellas.
De esta forma; la actividad cognitiva se vuelve más sensible. Por ello, algunos consideran la posibilidad de que no todas las personas puedan beneficiarse del uso de la música mientras realizan otra actividad.
Sí se gasta energía cognitiva y recursos tratando de procesar la música, ¿no estaremos menos enfocados en nuestro trabajo? La respuesta no es definitiva; ya que no todas las personas son iguales y también depende del tipo de música que se esté utilizando. Algunas personas podrán poseer mayor sensibilidad auditiva y encontrarán un poco incómodo escuchar música mientras tratan de concentrarse.
Hay muchos géneros de música y obviamente los más recomendables son aquellos que poseen melodías y ritmos más pausados que propician la relajación y concentración.
Cuando se utiliza música durante las horas de estudios, por lo general no se recomienda el uso de aquellas que incluyen letras. La opción más usual es la utilización de música clásica, ya que se ha comprobado que promueve la productividad. Además, el cerebro no utilizará sus recursos cognitivos tratando de descifrar los que está escuchando.
Esta característica es aún más importante durante aquellas actividades educativas que implican escribir, leer, analizar, explicar o razonar. Las letras de las canciones hacen que inevitablemente el cerebro utilice sus recursos en descifrarlas.
Lo mejor no es utilizar canciones que creen emociones o sensaciones sorpresivas. Hay estilos musicales que se basan en realizar cambios inesperados en sus notas o con ritmos disonantes. Tales canciones desencadenan en el sistema nervioso por el estado de alerta que los pone en acción, creando una sensación que no es la adecuada durante un momento de concentración; bien sea en una etapa de estudios o mientras se trabaja.
Se ha comprobado que el ruido ambiental puede distraer mucho más que el de la música. El primero proporciona un ambiente más estresante y caótico; mientras que la música ayuda a crear un ambiente más relajado, e inclusive más divertido.
Estudios relacionados con el tema han dado como resultado que al estudiar en un ambiente muy ruidoso el cuerpo empieza a producir mayor cantidad de cortisol; siendo esta una hormona que impide la función de la corteza pre frontal. Esta región del cerebro es la encargada de la planificación y razonamiento, y por ello es importante evitar la producción de esta hormona.
Beneficios de la música clásica para estudiar
Durante las horas de estudio, los alumnos tan todo el nivel de los primarios― como aquellos que asisten a grados más altos como a la universidad ―necesitarán emplear todos los recursos a su alcance que les ayuden durante el proceso.
El uso de la música mientras se estudia es común ya que ayuda a reducir otras distracciones y colabora a bloquear el ruido ambiental, siendo este un par de factores que incrementan el rendimiento y la concentración.
El uso de música más energética, genera en el cuerpo una percepción de tensión lo cual aumenta el ritmo cardíaco, así como también la respiración. Por ello, la música clásica se considera como la elección ideal para amenizar aquellos momentos donde es necesario mantener un estado de ánimo, ya que propicia la tranquilidad, creatividad, reflexión y en general mayor concentración.
Muchos géneros musicales incluyen ejemplos donde no necesariamente hay letras en las pistas. Otras opciones son aquellas canciones que incluyen letras en idiomas extranjeros, las cuales el cerebro podrá ignorar y no tratar de descifrar.
Por otra parte, la utilización de canciones que ya hayas escuchado en múltiples ocasiones también harán que el cerebro pueda predecir cómo usar la canción con mayor facilidad; evitando que usar todos sus recursos en analizarla. Así que si esperas escuchar el nuevo álbum de tu artista favorito, es mejor que esperes hasta que tengas tiempo libre.
Si no gustas de la música clásica, puedes seleccionar pistas de música de otros géneros como el rock, guitarras acústicas, música pop, música electrónica y muchos otros más. Inclusive hay un género musical llamado “música ambiental”, la cual suele ser utilizada en las secciones de yoga o de meditación que también puedes emplear durante tus horas de estudio
El tipo de música que beneficia más a una persona u otra depende de muchos factores. Es importante entender lo que te hace sentir la música, la elección que se realice debe estar basada en los gustos personales y cómo puede impactar de manera positiva en la productividad.
No solo la música debe mejorar el estado de ánimo y los niveles de energía; sino que también debe proporcionar un ambiente más relajado y que invite a tener mayor concentración.
No solo la selección del tipo de música es importante, sino también el volumen con el cual se escuchará. Es cierto que el volumen más bajo distraer menos sin embargo diversos estudios han demostrado que el volumen ideal es precisamente un punto medio entre lo considerado alto y bajo. Esto se debe a que ambos extremos del rango auditivo de una persona propician la distracción y la concentración del cerebro en tratar de descifrar estos sonidos.
Otros estudios han demostrado que con el aumento del ruido se hace más difícil poder pensar y razonar; por lo tanto se concluye que el uso del volumen alto fomenta que el procesamiento del cerebro relacionado con la creatividad se encuentre obstaculizado. Caso contrario el uso de un volumen muy bajo, es casi como estar en total silencio.
Cuando un ambiente se encuentra así no es práctico, ya que no se considera una manera positiva de crear un ambiente productivo o tranquilo. El ser humano por naturaleza también se expresa mediante la creación de sonidos, por ello el silencio o los sonidos bajos realmente crean un ambiente poco dado a la motivación de índole creativa.