¿Sabías que el pie humano está compuesto de 26 huesos? Gracias al trabajo de los huesos y los músculos del pie se consigue un movimiento coordinado que nos permite caminar o hacer todo tipo de ejercicios con los pies.
Estamos tan acostumbrados a poder movernos con libertad y hacer todo tipo de movimientos con nuestro cuerpo que lo frecuente es no pararse a pensar en la grandeza de dichos movimientos o de preguntarnos cómo es posible tal logro. En el caso de los pies, fijaros que estamos ante uno de los grandes hitos evolutivos puesto que fue modificándose hasta convertirse en nuestro pilar para poder movernos únicamente sobre dos extremidades.
La complejidad de nuestros pies es enorme. Pensad en esos 26 huesos que lo conforman, divididos en tres regiones -tarso, metatarso y falanges- y que, realizando una perfecta coordinación, nos permite estar de pie, caminar con equilibrio, nadar, correr, agarrar cosas con los dedos… Son nuestro contacto con el suelo.
Hueso astrágalo
Pertenece a los huesos del tarso. Éste es el único hueso que se articula con la pierna y, con respecto a los huesos del pie, se articula con el calcáneo, lo que permite trasmitir el movimiento de la tibia y el peroné. Es el segundo más grande del pie.
Hueso calcáneo
Pertenece a los huesos del tarso y es el hueso más grande del pie. Todo aquello que popularmente llamamos talón es este hueso, al que se adhieren los músculos que nos permiten evitar esguinces, que permite la flexión del pie o de la rodilla, que proporciona estabilidad.
Hueso escafoides
Pertenece a los huesos del tarso y se le llama escafoides o navicular. Su función es dar estabilidad al pie y unir los huesos del tarso con los del metatarso.
Hueso cuboides
Forma parte de los huesos del tarso y se comunica con los huesos cuneiformes, escafoides, calcáneo y con el cuarto y quinto metatarsianos. Su función es transmitir la fuerza del tobillo al resto del pie y dar estabilidad.
Primer hueso cuneiforme
Es otro de los huesos del tarso y también se le conoce como cuñas. Se trata de una fila de tres huesos comunicados con el metatarso, escafoides y primer metatarsiano, que permite transmitir su fuerza.
Segundo hueso cuneiforme
Al igual que el anterior, continuamos con los huesos del tarso. Este hueso comunica con el escafoides y el segundo metatarsiano.
Tercer hueso cuneiforme
El último de los huesos del tarso. Comunica con el escafoides, el cuboides y el tercer metatarsiano.
Primer metatarsiano
Forma parte de los huesos de la región del metatarso. Se trata del hueso más voluminoso y el más corto de los de esta región, el cual se comunica con las falanges del dedo gordo y el primer hueso cuneiforme.
Segundo metatarsiano
Como su nombre indica, forma parte de los huesos de la región del metatarso. Es el hueso más largo de la región y se comunica con la segunda falange del pie y con el primer y segundo hueso cuneiforme.
Tercer metatarsiano
También forma parte de la región del metatarso. Su función es la de comunicar la tercera falange con el tercer hueso cuneiforme.
Cuarto metatarsiano
El cuarto hueso de la región del metatarso. Como ya os podéis imaginar teniendo en cuenta los anteriores metatarsianos, éste comunica la cuarta falange (empezando a contar por el dedo gordo) con el hueso cuboides.
Quinto metatarsiano
El último de los huesos de la región del metatarso. Éste comunica la quinta falange (el dedo más pequeño del pie) con el hueso cuboides.
Falanges proximales
Observa los dedos de tus pies y verás cómo hay un primer huesecito, pues bien, esos son las falanges proximales y se encuentran en todos los dedos. Cada una de estas falanges se comunica con el hueso metatarsiano correspondiente (que como veis, también hay cinco). Hay tres tipos de falanges y estas son las más largas. Una de sus características es que se unen a la siguiente falange y pueden transmitir el movimiento a todo el dedo.
Falanges medias
A diferencia del anterior, solo hay 4 falanges medias, puesto que el pulgar no lo tiene. Es el huesecito que se encuentra en medio de cada dedo del pie, por lo que también son más cortos y se comunican con las otras dos falanges- proximal y distal -. Cuentan con una articulación que les permite transmitir el movimiento correspondiente al resto de los huesos.
Falanges distales
En este caso nos encontramos con cinco falanges que conforman la punta de los pies y se comunican con las falanges medias. Se caracterizan por ser huesos muy pequeños, casi imperceptibles, salvo por el del dedo gordo que es de un tamaño superior, proporcional al tamaño del mismo.
Huesos sesamoideos
Ni todas las personas son iguales ni todos los cuerpos son iguales, el ejemplo concreto de hoy lo tenemos en los huesos sesamoideos, que no los tiene todo el mundo o que pue de variar el número de los mismos en el pie (de uno a dos o a cero).
Estos huesos pueden formarse debido a una respuesta natural del cuerpo ante una tensión o un esfuerzo y aparece incrustado en un tendón. No solo aparece en el pie, también puede aparecer en una rodilla, por ejemplo. En el caso del pie, estos se forman en los tendones que están sobre las articulaciones del primer metatarsiano (donde se une con la falange del dedo gordo).
La función de este par de huesos sesamoideos en los pies es la de reducir la fricción entre las articulaciones, reduce el esfuerzo de los músculos, modifican la presión o reducen la tensión delos tendones en momentos de esfuerzo, entre otros. Por ello, se les considera como una formación o respuesta adaptativa.
Fuentes:
- Viladot Voegeli, A. (2003) “Anatomía funcional y biomecánica del tobillo y el pie”. Revista Española de Reumatología.
- Das, A., Baruah, J., Bhuyan, D. (2018) “Review on the Anatomy and Biomechanics of the Foot-Ankle Complex”. Asian Journal of Convergence in Technology.
- McNutt, E.J., Zipfel, B., DeSilva, J.M. (2017) “The evolution of the human foot”. Wiley, Evolutionary Anthropology.
- Medicoplus . com